miércoles, 17 de diciembre de 2014

Certamen literario `El amigo visible´. Poesías, cuentos y relatos.



«El amigo visible» es una propuesta literaria donde invité a unos amigos a escribir una historia, de menos de cien palabras, con una palabra regalada. (Abajo podéis ver los vídeos que he realizado con los cuentos e ilustraciones de los participantes).



Aquí os dejo los maravillosos trabajos que han creado. ¡Disfrutad!





           Microrrelato `Cambiar el mundo´
                              
            Autora: Chelo Galián Peinado









Microrrelato `Trastorno de los sentidos´

Autor e ilustrador Miguel Mejías Segura






Microrrelato `El anafe mágico de Noel´

Autora: Magdalena Jiménez








Microrrelato `Miriñaque, tortura mía, ojalá y pases de moda algún día´

Autora: Reyes Arias de Saavedra














Microrrelata `Joie de vivre´

Autor: Jorge Fernández Carmona










Microrrelato `Historias de humanos´

Autor: César Domínguez Viola






martes, 18 de noviembre de 2014

Cuentos finalistas del Primer Certamen Literario Infantil Heladería Rimaya 2014



                    Comparto con todos vosotros los cuentos finalistas del Primer Certamen
                    Literario Infantil organizado con la colaboración de Heladería Rimaya.
                    
                    ¡¡Muchísimas felicidades a todos!!



Grupo de 9-12 años:

Primer premio 11 años: Gracia María Calvo. Pseudónimo "Pepino de Mar" 























Grupo de 6 - 8 años
Primer premio 8 años: Paula Ávila. Pseudónimo "Aladina"

















Merecen mención especial:

Blanca Lorenzo. Pseudónimo "El Hada de Invierno" 6 años 














Alejandra Ávila. Pseudónimo "Celeste" 6 años.







Inma Martín. Pseudónimo "Princesa" 8 años.










Felipe León. Pseudónimo "Granja" 8 años













Juan León. Pesudónimo "LaikaDamaLama" 7 años














jueves, 10 de julio de 2014

ACTA DEL FALLO DEL JURADO DEL I CONCURSO LITERARIO DE CUENTOS INFANTILES HELADERÍA RIMAYA


En Carmona, a las 13.30 de la tarde del día nueve de julio de dos mil catorce, se reúne el jurado seleccionador del concurso literario de cuentos infantiles Heladería Rimaya para fallar los premios de este certamen:


El jurado está formado por las siguientes componentes:

María Jesús Puerto. Trabajadora Social, presidenta.
Dolores Fernández. Maestra de Educación Especial, vocal.
Luisa Botto. Relaciones Laborales, secretaria.


Tras proceder a la lectura de todos los trabajos y después de hacer un análisis de cada uno de ellos, el jurado coincide en el buen nivel de las obras y la meritoria labor de los padres y docentes que con gran interés han motivado a los pequeños para el desarrollo de la creatividad.
El jurado ha valorado la calidad formal y conceptual de los cuentos, la presentación de los mismo y la edad de cada participante.


Realizada las deliberaciones oportunas, por unanimidad de sus componentes, el jurado decide otorgar los siguientes premios:


Categoría A: niños de 6 a 9 años

La montaña de Marfiforferlurger de Paula  "Aladina".

Categoría B: niños de 10 a 12 años

¡Helados, helados! de Gracia María "Pepino de Mar 2000"


Los premios, tal como viene establecido en las bases del concurso, consistirán en una antología de cuentos infantiles para cada autor, en este caso autora, elegida en cada categoría.

También queremos hacer especial mención a los siguientes cuentos:



Un monstruo que era bueno de Blanca "El hada del invierno"

La princesa Sirena de Inmaculada "Inma"

Los animales de la selva de Juan "LaikaDamaLama"

Sara el hada y el tesoro perdido de Alejandra "Celeste"

Los animales de la granja de Felipe "Granja"

Los animales y el lobo de María "León"


Los convocantes del certamen, en los días sucesivos a la publicación del fallo, se pondrán en contacto con cada uno de ellos para entregarles un accésit sorpresa.
Y siendo las 18.30 horas del día arriba señalado, la presidenta del Jurado da por concluido el acto del fallo del precitado Concurso del que, como secretaria del mismo, doy fe y levanto el presente acta, que suscribo con el visto bueno de la presidenta.

                                                                             Fdo. Luisa Botto
                                                                            Secretaria del Jurado


        Vº Bº

LA PRESIDENTA DEL JURADO

     Fdo.- María Jesús Puerto

domingo, 6 de julio de 2014

Concurso literario infantil




       Animad a los más pequeños a participar en el concurso de cuentos que hemos convocado. Ahora en vacaciones no paran de buscar entretenimiento y qué mejor manera que motivarles a desarrollar su creatividad con la escritura. La temática es libre y pueden ilustrarlo si lo desean. Nada de reglas, tan solo límite de dos folios 

¡Qué fluya la imaginación!




miércoles, 23 de abril de 2014

El misterio de Adolfo



Adolfo no fue muy conocido, jurídicamente no llegó a ser persona, pero recibió el respeto y el cariño de la  familia y sus vecinos. Mi tía abuela, que ahora cumple los noventa y uno, lo recuerda como uno de los mayores misterios de su infancia, tal la existencia del "Tío Martinito", "El Sacamantecas", "La mano negra" o el mismísimo "hombre de la capa".

         Él, Adolfo, sin ser conocido, siempre estaba en boca de todos. Era doméstico tema de conversación. Imagino el espectáculo esperpéntico en su casa el día que vino al mundo. Mi tía, mujer cariñosa, sabia y fan exclusiva de Manolo Escobar y de Dios, con una envidiable naturalidad que demuestra nuestra substanciosa distancia generacional, comenta que tuvo ocasión de ver a más de un Adolfo bajo el nombre de Rosa, Manuel, Enrique o Petronila, guardando de todos casi el mismo recuerdo.

Días antes de enterarme de estos hechos, casualidades de la vida, mi abuela paterna también estuvo recordando la existencia de un Pepe o Juan similares a Adolfo en las casas de algunas vecinas.

        Y es que... da un poco de grima seguir escribiendo sobre un tema tan escabroso. Soy víctima de los nuevos tiempos. Así que les dejo su imaginación para continuar. Sólo decirles que en casa de más de un conocido vuestro habría un Adolfo o feto enfrascado en etanol, por miedo hacia algún tipo de represalia divina o por simple costumbre pagana.

        Cómo cambian los tiempos...¿verdad? La muerte es tan natural como la vida, y, sin embargo, vivimos como si nunca nos fuéramos a morir. Nos hacemos posesos de lo tangible y de lo intangible, y digo intangible porque hay quien quiere incluso apoderarse hasta del pensamiento de la persona a la que se supone que ama. Y no digamos del pánico que nos da hablar de ella...cosa que antes se hacía con total naturalidad.

        Adolfo estuvo expuesto, dentro de su frasquito en el mueble bar a la vista de todos, hasta el día en que lo enterraron junto a su hermana tras una muerte prematura. Así descansarían acompañados.
        
        La vida lo contempló y se hizo amiga de la muerte. Pero eran otros tiempos, como digo. Ahora nos dejamos llevar por creencias irracionales, por complejos, por los celos, por el qué dirán... Trivialidades que nos paralizan y, mientras, la vida pasa y nosotros nos enfrascamos como Adolfo pero con la diferencia de tener la oportunidad de romper el cristal y hacernos amigos del proceso vital gozando de las miles de oportunidades que se nos brinda para ser feliz. Teniendo gente que te quiere , aire para respirar y alimento, ya uno debe sentirse feliz. Lo que venga ha de venir. Donde abunda el hambre lo saben bien.

Esperanza Rodríguez "Vega de Carmona"


jueves, 6 de febrero de 2014

La cena




"París a través de la ventana". Marc Chagall



     Suspiró profundamente y recogió dos cubiertos mientras miraba ensimismado hacia la ventana. Aun tenía nublada la vista pero comenzaba a tener conciencia de sí al notar el tacto frío del metal. Con la mano libre se apretó los labios (gesto que siempre  hacía mientras pensaba). Notó un sabor metálico y cierta pegajosidad. Los vellos se le erizaron.  Con gran lentitud palpó en la mesa sin bajar la vista y halló lo que temía: el cuerpo inerte del agregado.


     Introdujo la mano en un bolsillo y tomó la "capsulita mágica", como él la llamaba. A los pocos minutos miró hacia abajo y halló lo que deseaba: nada.


domingo, 26 de enero de 2014

Aguja y esparto




Acto primero y único

Patio andaluz sevillano de principios de siglo XX. En el lateral izquierdo, frente al espectador, una fuente rodeada de macetones. Más al fondo, junto a una escalera de ladrillos de barros cocidos y baranda de caracoles pintada de verde, asoma las ramas de un ficus mientras hace las veces de parasol. Las paredes encaladas sostienen como zarcillos decenas de macetas con cintas, geranios, gitanillas y príncipes. En el centro del patio, hállense cuatro mujeres: a un lado la madre, y al otro las hijas y una sobrina. Forman corrillo en torno a un  botijo verdino de agua fresca. Es la hora de la siesta y del bordado.

(Al levantarse el telón hay silencio en la escena que es interrumpido por una de las jóvenes que parece inquieta.)

Joven: Yo no lo entiendo. (Se levanta con brío y deja a un lado el bastidor). No entiendo por qué tengo que estar bordando un pañuelo cuando no sé si algún día alguien lo usará. Vaya costumbre más absurda la de bordar el ajuar.

Madre: Tú lo único que tienes que hacer a tu edad es bordar y callar.

Joven: ¿Bordad y callar? Pues no quiero estar callá y bordando el resto de mi vida.

Madre: Bueno pues habla, pero no pierdas puntá.

Joven: ¿Qué no pierda puntá? ¿pero qué prisa tengo? A ver, dígame usted... ¿para quién es ahora este noveno pañuelo?

Madre: En ese vas a grabar... Ramón.

Joven: ¡Pero si Ramón fue el primer nombre que bordé! El segundo Leopoldo, el tercero Enrique, el cuarto Anastasio, el quinto...

Madre: Vale, vale...pues entonces Nicodemo.

Joven: Pero…madre ¿conoce usted algún Nicodemo en el pueblo?

Prima: Sí. El barbero del convento, que tuvo un tío marqués.

Hermana: Pero ese está bien entradito en años... ¡y es sarasa! 

(Risas de las demás)

Madre: ¡Niñas a callar y a bordar! Vosotras no tenéis entierro en esta vela.

Joven: Querrá decir ¡vela en este entierro!

Madre: ¡Ni vela, ni entierro, ni niño muerto. Yo bordé casi todos los nombres del santoral hasta que conocí a vuestro padre y nunca me impacienté tanto como vosotras!

Joven: ¿Y de qué le sirvió bordar tantos nombres castizos... si al final se casó usted con un polaco que no tenía donde caerse muerto?

(Todas ríen excepto la madre, que espera enfurecida a que cansen de reír las muchachas.)

Madre: Si no hubiera conocido a vuestro padre, bonitas urracas,  no hubierais nacido ni tú ni tu hermana. O por lo menos no seríais hija de vuestro padre, y a saber si seríais hembras en caso de ser hijas de otro hombre. Podríais haber nacido varones o no haber nacido, ¡simplemente!

Joven: Desde luego madre que me ha dejado usted boquiabierta y no sé qué contestarle.

Madre: ¡Pues sigue bordando!

Joven: ¡Eso! Que no. Que me niego a seguir bordando. Que ya estoy harta de aguja pa´rriba y agua pa´bajo. Si se dijera que cada pañuelo que borde a una misma persona más probabilidad hay de conquistarle..., pues yo le bordo pañuelos, calzones, camisas, y... por su cuerpo, en todo los rincones, así de pequeñito... (hace gesto con los dedos) así, le bordaría las iniciales de su nombre. Pero esta vez sin aguja, esta vez lo grabaría a bocaditos...

(Vuelven a reír todas excepto la madre.)

Madre: ¡Esta hija mía no tiene arreglo! Pero niña...qué poca vergüenza tienes. Una vez... ya probaste la alpargata de esparto... pero parece que no te sirvió.

Hermana: Y cómo se reía...Le daba usted con la parte que no dolía y... si lacia se ponía la alpargata, más lacia se ponía la niña de la risa.

(Risas de las muchachas).

Joven: Pero no vaya a probar ahora con la cuña... que le leo el pensamiento. Mire, madre, ya me pueda casar yo con un aparcero o el Marqués Mataliebre, que yo no bordo ni un pañuelo más. El que venga a mí lo querré con lo que traiga, es decir, con todo lo que tenga o no tenga. Ya tendré tiempo de colocar su nombre hasta en la suela de sus zapatos. Pero yo, desde ahora, por esta que está aquí, (señala una rana disecada dentro de una caja) prometo que no pongo sobre mi falda ni un bastidor más. (Va al centro del patio y comienza a dar vueltas mirando al techo con los brazos alzados) Ya la vela del patio se recoja para que entre la luz e intente aclararme las ideas, ya refresque la tarde y caiga un chaparrón de barro del Sahara, ya más confortada me encuentre en este caluroso día de verano... que no me hará cambiar de opinión. Yo, desde ahora, dejo la confección.

( Mira a su hermana y a su prima que sonríen con la cabeza agachada sin dejar su tarea. La madre, que taconea con una pierna a punto de ser volcán en erupción, sostiene la mirada de la joven que, sin mediar palabra, coge su bastidor y vuelve a sentarse.)

 TELÓN