jueves, 6 de febrero de 2014

La cena




"París a través de la ventana". Marc Chagall



     Suspiró profundamente y recogió dos cubiertos mientras miraba ensimismado hacia la ventana. Aun tenía nublada la vista pero comenzaba a tener conciencia de sí al notar el tacto frío del metal. Con la mano libre se apretó los labios (gesto que siempre  hacía mientras pensaba). Notó un sabor metálico y cierta pegajosidad. Los vellos se le erizaron.  Con gran lentitud palpó en la mesa sin bajar la vista y halló lo que temía: el cuerpo inerte del agregado.


     Introdujo la mano en un bolsillo y tomó la "capsulita mágica", como él la llamaba. A los pocos minutos miró hacia abajo y halló lo que deseaba: nada.